Destino
Al llegar vi primero a Clara…estaba mínima, en la acera, comiendo no-se-que de una bolsita. Cerca estaba el blanco igual a Mish…y me decidí por él. Mientras lo atraía con la comida, un niño de una conserjería vecina salió a buscarlo. Dijo que estaba en la calle y sucio porque siempre se escapaba y "nunca lo hemos bañado". Lo cargó y se metió con él a su casa. Me quedé con la comida en la mano mirando a Clara…todas las variables apuntando a rescatarla a ella ahora.
Ya estaba cerca del carro y solo me quedaba cargarla y meterla, pero no me atrevía. Casualmente venía caminando un muchacho con uniforme medico azul y él se encargó de ponerla en el asiento de copiloto. Cuando arrancó el carro, se me acurrucó encima por primera vez, calladita y con el corazón acelerado miraba a los lados y me miraba. Era la cosita más frágil y dulce que había visto…le puse Clara porque pensé que era pura luz.
Mientras esperábamos, se pasó de la silla a mis piernas y sin razón, se acurrucó de nuevo buscando calor después de regalarme la primera lamida/beso perruno.
Mas adelante comenzó a llorar y a caminar por todo el lugar. Se acercaba a la puerta como queriendo salir y pensé que quería volver a la calle, hasta que en el centro del lugar ehm…fue al baño. Me pareció curioso que avisara, eso significaba que había sido entrenada antes. Luego cuando me acerqué a limpiar corrió a esconderse con llanto. Ahí entendí dos cosas: había sido abandonada y también había sido maltratada.
Hogar Test
En casa, le temía a todo y a todos menos a mí…noté que le temía a los hombres porque lloraba y retrocedía cuando uno se le acercaba. Tampoco sabía como actuar cuando la levantaba del suelo, se sostenía asustada con la altura y supuse que casi nunca la alzaron. Desapareció en segundos su primer plato de perrarina y lloraba si la dejaba sola en la terraza. Una vez acompañada sí se echaba a dormir, así que busqué unas mantas y me quedé con ella en el suelo. Así pasamos nuestra primera noche.
Constantemente…repetía eso de venir a mí para acurrucarse y pedir cariño. Randomly, pedía ser cargada como cada 15 minutos, con urgencia (como si tuviese comida conmigo) pedía ser alzada solo para acurrucarse encima y ya. También, como cada 15 minutos se despertaba a tomar agua y amaba las servilletas de papel, no podía ver o escuchar una sin lanzarse a registrarla.
Agridulce
Terminé durmiendo con Clara en casa de una amiga animal-friendly para no tener problemas con mis papas. Allí Clara podía estar adentro siempre y además, no corría riesgos de que la curiosa Mish le pegara enfermedades. Esperé varios días a que pudieran buscarla y por momentos temía que no lo hicieran. Internamente me alegraba saber que tendría oootro y otro y otro día más con sus mimos.
Me partió el alma notar que tenía pesadillas. Muy a menudo comenzaba a llorar y a moverse respirando rápido mientras dormía…la despertaba acariciándola y se acurrucaba conmigo, llorando despierta. Jamás vi en un animal un comportamiento tan humano.
También me producía una alegria inmensa verla mejorar. Al día 3 ya comenzó a responder por su nombre (súper pronto), al día 4 comenzó a correr y a sentarse/acostarse como un perrito normal (antes solo se sentaba y acostaba encima de su cola y cubriéndose la carita).
Y aunque era extremadamente obediente y a la hora de dormir se quedaba en su camita provisional (una toalla)…yo misma comencé a dejarla dormir conmigo por el tema de sus pesadillas.
Todo me conmovía de ella, desde su comportamiento y su amor por las servilletas, hasta su destino. Una tarde me explicaron por teléfono que seguro vendrían a buscarla y que no me preocupara, porque Clara iba a ser un regalo para una niña especial. "Rescatar a Clara es lo más bonito que he hecho en mi vida", le dije llorosa a mis amigos y ahí supe que la despedida sería difícil.
El Milagro
07 feb. 2015 - Jamás vi a un perrito no querer salir de casa. A pesar del apego gigante que tenía conmigo, no quería venir. Al llamarla para que me siguiera por la puerta, lloraba y retrocedía. Cada vez que salía y no me seguía lo atribuía a su obediencia…pero esta vez noté que en realidad, Clara tenía miedo de volver a la calle. La cargué hasta afuera y cuando la puse en el suelo para cerrar la puerta entre su bolso de cosas, perrarina, etc. se escapó hacia adentro! (los que tienen perros saben lo imposible que esto es) solo cargada pudo salir. En mis brazos hacia el carro, me abrazaba con la cola y me clavaba las uñas para no separarse…
Así arranqué a Valencia a llevarla a su nuevo hogar. Me decidí a llevarla porque solo podía buscarla a Caracas un chico de la familia por la noche…y sabía que con su miedo a los hombres, el viaje nocturno sería traumático (además así me regalaba un día extra con ella). En el carro, durmió atrás todo el camino hasta que llegamos y esperamos a Mariana, su nueva dueña.
Apenas paramos el carro, la desperté y la traje adelante conmigo para pasar mis últimos momentos con ella. La abracé un montón...y como por 6 segundos se me quedó mirando a los ojos. No sé si entendía lo que pasaba pero de algún modo, estoy segura de que mínimo, sentía que era un momento especial entre ella y yo. Algo de mí se fue con ella cuando se la llevaron.
***
Esta es la nueva vida y familia de Clara...explicar el milagro es innecesario. Dicen que cuando dos almas deben encontrarse hay un hilo que las une hasta que se encuentran. Así creo que pasó conmigo, Clara, Mariana y su sobrinita Estrella. Desde ciudades diferentes lograron encontrarse dos criaturas que solo saben dar amor...para quererse y cuidarse entre sí. Esta es mi parte favorita de la historia.
Se trata de una familia grande y preciosa, de esas que se aman mucho y hacen todo juntos, desde cenar hasta levantar un negocio familiar. No han parado de enviarme fotos de las nuevas vacunas y accesorios (Clara todavía lleva el pañuelito de Mish). Están tan enamorados de ella que la dejan dormir y ver TV en la cama. Me cuentan que Estrella la llama apenas se despierta y que le gusta abrazarla y darle comidita con la mano.
Siento una alegría profunda y mucho agradecimiento al saber que me permitirán verla crecer (obviamente invadí todas sus redes sociales). Clara hoy anda en taxi de aquí para allá, la llevan a pasear mucho y ya no teme salir porque sabe que al final del día...siempre regresará a casa.
Clara tampoco le teme ya a las personas.
Siento una alegría profunda y mucho agradecimiento al saber que me permitirán verla crecer (obviamente invadí todas sus redes sociales). Clara hoy anda en taxi de aquí para allá, la llevan a pasear mucho y ya no teme salir porque sabe que al final del día...siempre regresará a casa.
Clara tampoco le teme ya a las personas.
No sé si todas las características increíbles que describí son propias de todos los perritos de la calle o en parte, cosas de Clara. Pero sé que difícilmente encontraré otra criatura que me inspire tanto amor como ella…no sé si por su pasado triste, su amor tan puro, frágil y agradecido, sus cosas tan tan de humano o su defectito con el que nació (que para mí es un plus porque se ve hermosísima cuando saca la lengua como peluche).
Solo sé que encontré un tesoro único por haberme detenido a mirar a los lados, por haber superado mi temor de pararme en la calle (a veces difícil por la inseguridad) y sobre todo...por haber superado el asco/miedo de tocarla (al final ni la bañamos y de tanto acariciarla, se limpió solo todo el polvo que tenía).
Hoy sé que somos 2 personas distintas, la Solange que temía tocarla y la que durmió una semana con ella. Después de su primera acurrucada temerosa en el carro era imposible no llenarla de mimos…fue tan fácil! ...Así entendí que las barreras/excusas que nos ponemos para no hacer las cosas relevantes son a veces tan patéticas e insignificantes...
Hoy sé que somos 2 personas distintas, la Solange que temía tocarla y la que durmió una semana con ella. Después de su primera acurrucada temerosa en el carro era imposible no llenarla de mimos…fue tan fácil! ...Así entendí que las barreras/excusas que nos ponemos para no hacer las cosas relevantes son a veces tan patéticas e insignificantes...
Sé que muchos de nosotros admiramos profundamente a las personas que rescatan animales, mas no nos atrevemos a hacerlo por cosas tan vergonzosas como "ensuciar un piso" así son algunos. Yo admito que temía agresividad o alguna enfermedad en la piel (igual de vergonzoso) pero me atreví...y cuando le dije a mi amigo que esto era una de las cosas más bonitas que había vivido en mi vida, no exageraba ni un poquito.
Cómo valió la pena! Y que locura tan grande pensar que casi casi no la rescato por estar pendiente del otro perrito. Los dos! debió ser mi decisión desde el principio. El agradecimiento, amor e inteligencia de un animalito de la calle tiene una magia inexplicable que eriza y anuda la garganta...lo sabes cuando lo vives. Cuántas Claras, inocencia pura, milagros por descubrir, frágiles y buscando afecto estarán por ahí cerca de ti en un futuro cercano? Solo espero, y te suplico, que cuando la/lo veas…también decidas regalarte la increíble experiencia de rescatarla/lo. Yo jamás olvidaré el día que rescaté a Clara…
Love,
Solange.
por favor compartan la historia <3 podría ayudar a salvar algunas Claras.